Una visita bien simpática.
Hace un par de noches, me encontraba en esa situación que los igleses llaman “calma-chicha mental”, bebiendo un Trepador (anís del Mono con zumo de tomate) y escuchando unas deliciosas cancioncillas de Broken Family Band mientras leía unos muy hermosos versos del Tan Amado Baudelaire (debemos reseñar que se trataba del libro que le hizo grande y que escribió a sus 22 años “Las Flores del Mal”). He de decir que en ese momento sonaba la canción “Twelve Eyes Of Evil” y que me encontraba leyendo “El Aparecido” (que les hago llegar para sus delicias y regurgitación):
Como un ángel de fieros ojos
Me apareceré en tu alcoba
Deslizándome en silencio
Con las sombras de la noche.
Y allí te daré, morena mía,
Besos fríos como la luna
Y caricias de serpiente
Que en una fosa se arrastra.
Cuando llegue la lívida mañana,
Mi hueco vacío encontrarás
Y helado seguirá hasta la noche.
Como otros por la ternura,
Sobre tu juventud y tu vida,
Yo quiero reinar por el terror.
Y como decía, en ese momento sonó un toc toc toc en mi puerta que me hizo preguntarme quién podría ser. Al abrir la puerta descubrí –con una alegría tan cercana a la algarabía y al jolgorio- que allí se encontraban mis buenos amigos José “El Uno” y El Hombre Sentimental.
¡Qué bello momento y qué entrañable! Mi perro Bakunin dando saltos de alegría y moviendo el rabo como un humano jamás sería capaz de realizar. Fue un momento bonito –decía- y hay que ver qué fresquitas estaban las cervezinas que se arremetieron entre pecho y espalda. Hablamos y hablamos hasta que nos sangraron los codos, escuchamos distintas músicas e incluso ensayamos alguna que otra danza ya olvidada en los tiempos indefinidos que nos movemos, y revisitamos el mundo del cómic, haciendo un especial hincapié (en esta ocasión) en el genial Robert Crumb, en la magna obra del batallador Valenzuela con las aventuras de su "Capitán Torrezno” y en la “Enciclopedia Clismón” de ese genio-loco llamado Brieva.
Fue un rato bien agradable. Gracias amigos, siempre seréis bien recibidos en la humilde morada de vuestro siervo El Pecador. Gracias.
Como un ángel de fieros ojos
Me apareceré en tu alcoba
Deslizándome en silencio
Con las sombras de la noche.
Y allí te daré, morena mía,
Besos fríos como la luna
Y caricias de serpiente
Que en una fosa se arrastra.
Cuando llegue la lívida mañana,
Mi hueco vacío encontrarás
Y helado seguirá hasta la noche.
Como otros por la ternura,
Sobre tu juventud y tu vida,
Yo quiero reinar por el terror.
Y como decía, en ese momento sonó un toc toc toc en mi puerta que me hizo preguntarme quién podría ser. Al abrir la puerta descubrí –con una alegría tan cercana a la algarabía y al jolgorio- que allí se encontraban mis buenos amigos José “El Uno” y El Hombre Sentimental.
¡Qué bello momento y qué entrañable! Mi perro Bakunin dando saltos de alegría y moviendo el rabo como un humano jamás sería capaz de realizar. Fue un momento bonito –decía- y hay que ver qué fresquitas estaban las cervezinas que se arremetieron entre pecho y espalda. Hablamos y hablamos hasta que nos sangraron los codos, escuchamos distintas músicas e incluso ensayamos alguna que otra danza ya olvidada en los tiempos indefinidos que nos movemos, y revisitamos el mundo del cómic, haciendo un especial hincapié (en esta ocasión) en el genial Robert Crumb, en la magna obra del batallador Valenzuela con las aventuras de su "Capitán Torrezno” y en la “Enciclopedia Clismón” de ese genio-loco llamado Brieva.
Fue un rato bien agradable. Gracias amigos, siempre seréis bien recibidos en la humilde morada de vuestro siervo El Pecador. Gracias.
4 comentarios:
Visitas inesperadas, buena música, excelente lectura, un perro que mueve el rabo con alegría...Esto es vida :)
Un beso
Este Pecador parece que tiene mucha suerte, ¿pero que es eso de trepador? ¿alguien puede beber anís con zumo de tomate? Eso no debe ser sano.
En fin, me encanta Broken Family Band.
Saludos desde La Tierra desde el espacio.
Carlos.
Muchas gracias por la parte que me toca, don Martín, el placer fue todo mío. Siempre es agradable verle, tomar cervecismos en su compañía y escucharle ejecutar melodías de ayer, hoy y siempre en su viejo piano forrado de felpa gris. Cuanto más pronto repìtamos, más mejor.
yo aún sigo bailando danzas olvidadas entre macizos culos, drogas de diseño y definiciones imposibles... y espero seguir haciéndolo para, así, combatir el astío estival en el que me sumo y del que sólo ma sacan las atestadas playas que veo en el telediario y las dádivas del pecador.
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