sábado, 27 de septiembre de 2008

El ama de llaves de Satán.

Cuando anoche llegué a casa vi las luces encendidas. Primero pensé que podría ser una señal, después supe que era Ella, que preparaba la paella para el domingo. Esa paella necesita más de 30 horas de cocción.

Discutimos sobre el secreto del arroz. Ella siempre quiere llevar la razón. Sus gritos entonces apagaron mi voz. No recuerdo si hubo sexo, pero sí recuerdo tuercas y tornillos cociendo entre el arroz.

Satán aún no había vuelto del bar. Últimamente alarga las noches por culpa de tres o cuatro partidas de brisca de más. Todos sabemos que eso no le sienta bien. En días así, apuesta muchas almas y siempre pierde.

Ella siguió mucho rato en la cocina. Desde lejos pude ver como su cuerpo se encogía para sentarse encima de un orinal, mientras silbaba algo de Charlie Parker.

1 comentario:

Marta dijo...

Vaya, has vuelto. Me alegro. Soy Marta, la que hace mil años tenía el Cajón de opiniones. Para cuándo más dibujos tuyos?